FÁBULA: LOS DOS TORDOS
Un tordo abuelo, cargado de años y de prudencia, daba lecciones a su nieto, tordo polluelo recién salido del nido paterno.
-¡ Vuela derecho hacia allí – señalaba el tordo viejo al joven - , y a poco encontrarás una viña! ¡ Habrás de darte un banquete del que nunca vas a arrepentirte!.
El tordo joven voló en la dirección que su abuelo le había señalado. Vio las uvas y, sin probarlas, regresó desilusionado:
-¿Y eso que tú llamas uvas es la fruta dulce, jugosa y nutritiva que tanto me ensalzaste? ¡Yo las vi chicas, desmedradas y tan poco apetitosas, que ni me interesó probarlas! Mucho mejor es, abuelo – prosiguió el pájaro joven -, una hermosa fruta que yo he visto en una huerta cercana. Ven conmigo y te la mostraré.
El abuelo accedió a acompañar al nieto, aunque para sí iba pensando:
-¡Veamos… aunque más valdrá un solo grano de mis uvas ¡
Llegaron a la huerta, y el nieto, ponderando lo gorda y reluciente que era, indicó al abuelo una enorme calabaza en cuya dura corteza les sería, seguramente, imposible hincar el pico.
Moraleja:
Por la esencia, da el valor el hombre culto.
El inexperto las juzga por el bulto.
Publicado por : Francisco J. Luna
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